Por Ángel Pozo y Christine Sétrin, Biblioteca de Vila-real
Hace no mucho reunimos en nuestros Tesoros digitales un bonito descubrimiento: dos novelas cuya trama ocurría, en parte al menos, en Vila-real. Se trataba de Los Hijos de la fe, de Enrique Pérez Escrich (1866) y de ¡El Último Adios!, o Los Dramas del hogar, de Luis de Val (1902) – ver Una “Villarreal de novela”.
En esta entrada de Dossiers vila-realencs nos proponemos ahora celebrar este 21 de marzo, día internacional de la poesía, recopilando obras literarias inspiradas en nuestro pueblo, pero, esta vez, en verso. No son muchas, de momento, pero copan géneros y registros suficientemente diversos como para inaugurar una discreta colección que esperamos ir ampliando conforme vayamos descubriendo más obras de libre acceso.
Temática religiosa
Abundan los Gozos (RAE : composición poética en loor de la Virgen o de los santos, dividida en coplas, después de cada una de las cuales se repite un mismo estribillo), pero también encontramos sonetos e himnos.
- Gozos de la milagrosa imagen de nuestra Señora de Gracia, venerada en su Hermita, sita en el termino de Villarreal (entre 1750 i 1830?). La resolución es bastante deficiente, aun así, no reproducimos el texto pues coincide con uno de los gozos encontrados en la BNF.
En Universitat de València. Biblioteca Històrica
- Gozos a Nuestra Señora de Gracia, venerada en su ermita de Villareal (18..). Se trata del mismo texto que el anterior, con mínimas variaciones.
En Gallica. BNF
- Gozos a Nuestra Señora de Gracia, venerada en su ermita de Villareal (18..)
En Gallica. BNF
- Gozos al Ss. Cristo del Hospital, venerado en el mismo de Villareal (18..)
En Gallica. BNF
Rigurosamente hablando, el siguiente documento no mantiene la estructura de coplas más estribillo propia de los gozos, pero lo hemos querido incluir aquí por tratarse de una graciosa sátira que recoge y aprovecha la tradición de los gozos religiosos con un fin claramente burlesco.
- Goigs en lloança del gloriós Sant Roro, celestial patró dels borratxos, venerat especialment a Vila-real (1980) – respetamos la ortografía original.
Sant Roro era molt lluït i és un sant molt milagrós que per a fer-se’n mig litro no ha segut mai pereós, per on ell passava tenia amistat en les tavernes que donen fiat. Sabía totes les tendes i quin vi era el més eicxut, on el venien mes “barato” i on el venien mes pur, allí se gastava si tenia un duro i a casa portava un pet com un burro. Quan ja no tenia crèdit a son pare li furtà la camisa de casar-se i a la tenda se n’anà, allí diu, bon dia senyô Serafí tinga esta camisa i pose un got de ví. Un dia s’alça Sant Roro no tenia una aguileta se’n va anar de bon matí a visitar a la tenda i com no podía beure una copeta va dir que el deixaren llepar l’eixeta. Cert dia el gloriós Sant Roro s’ajuntà amb una beatas per a resar el rosari ompliren la carabassa, i quan aplegaren al veni gloria els dos se tiraren la cantimplora.
La beata ja parlava en italià i en francés i mentre Sant Roro anava agafant-se per les parets, cantant seguidilles replegant xiquets anava borratxo com un dolçainer. Sant Roro i el seus amics anàren de borrasqueta a menjar caragolets, pinyonets i tomateta també posàren algun tomatet per aque “diguera” millor el traguet. Un dia s’estacà un carro amb quatre bocois de vi; entre Sant Roro i un altre se foteren tot el vi, “entonces” tragueren el carro lleuger i els donava gracies aquell carreter. Sant Roro diu als amics si tenia dona partera deixeu de matar gallina, prepareu la bota plena perque això del caldo dona inflamació doneu-li mistela i vi del millor. Quan Sant Roro va morir els devots acudiren per portar-li el taüt, altres reaviren cuiros per corona li varen posar per compte de llistes barrals penjats. Adéu Sant Roro ditxós que no ha quedat res a deure dona salut als borratxos i moltes ganes de beure. Allí ens esperem en la cantimplora per a prendre pet en l’eterna glòria. Amén
- Himno a la Patrona de Vila-real, de José M. Torres Montañés, a quien el pueblo tiene dedicada una calle. La música del himno es del mismo autor
Mare de Déu, de gràcia tota plena, del riu Millars la més bonica flor, Vila-real el seu voler t’ofrena perquè eres tu el seu més ric tresor, el seu més ric tresor. Com vius al camp, eres tan moreneta que del teu Fill et volta la llum d’or i has volgut ser graciosa i xicoteta perquè puguem portar-te dins del cor, portar-te dins del cor. Vila-real t’aclama per Patrona i al teu altar s’acull en goig i en dol. Tu li somrius com Mare dolça i bona, i troba en tu conhort, pau i consol, pau i consol!

- Al Santo del Sacramento, de Angelina Abad Cantavella (1893 – 1965). Firmado en 1917, este poema es uno de los muchos que integran el monográfico Recuerdo de las fiestas religiosas celebrados en la solemnidad del Tercer Centenario desde la beatificación de San Pascual Baylon.
(¿Por qué te quiero?) Porque tú has sido siempre, Santo adorado, nuestra dulce esperanza, nuestro consuelo, y porque con tu ejemplo nos has mostrado el camino más recto para ir al Cielo. Porque siendo muy niña, ya conocía tus gracias y virtudes una por una. Tu imagen quedó impresa en el alma mía; el amor que te tengo nació en la cuna. Mi madre me contaba con dulce encanto tu virtud, tus milagros, tu inmensa gloria. ¡Qué placer! cuando luego, querido Santo, lo que así me contaban leí en tu historia.
Te veía. Tú eras el pastorcillo, que elevaba los ojos hacia la altura; tu vestido era pobre, rudo y sencillo; pero el alma, ¡qué hermosa, serena y pura! Eres, aquí en mi tierra, nuestro tesoro; en ti se funden todos nuestros amores... ¿Sabes por qué te quiero, por qué te imploro? Porque tú eres refugio de pecadores. Te quiero porque has sido luz de mi vida; por la inmensa alegría, que al verte siento; por eso quiero siempre, de amor rendida, bendecir a mi Santo del Sacramento.
BNE. Biblioteca Digital Hispánica
- San Pascual Bailón, de José López Selles (1929 – 2013), poeta, periodista y profesor, cuyo importante fondo fotográfico y literario se encuentra hoy en el Archivo Municipal de Xàtiva, su ciudad natal.
Dadle sol, y dejadle libre el paso. Dadle sueños de Dios. Y que se vaya fiel sí mismo. Y que haga de su playa una canción y encima un cielo raso. Escuchadle la voz. Hacedle caso. Tira a salvar, sin más. Cuando se explaya, es para derribarse hasta la raya, más todavía, con su sol de ocaso. Se hizo viajero por amor. Con vida repartida ganó su nombre un viento con sabor inmortal. Dura hasta ahora. Lo veo por aquí. Sigue encendida su lumbre de recuerdo. Y es portento. Y es como lluvia vivificadora.

En Biblioteca del soneto, compilador Ramón García González
Biblioteca Virtual Miguel Cervantes
Panegíricos
- En la misma colección anterior encontramos otro soneto del propio José López Selles titulado, sencillamente, Villarreal de los Infantes.

Nació de un rey a vida y sementera, y se puso en camino de esperanza. Clavó en la luz su entusiasmada lanza, y Dios la coronó de primavera. Recia de afán, enarboló bandera para hacer frente a la desesperanza, y por el viento con amor avanza alta de porvenir y aventurera. Villa Real, y villa de verdades, con el clamor de su ancho poderío, se convierte en canción para mi trilla. Mirando atrás su lluvia en claridades, moja mi voz, y hecha mi voz un río llega hasta el mar de vuestra humana orilla.
En Biblioteca del soneto, compilador Ramón García González
Biblioteca Virtual Miguel Cervantes
- Oda en elogio del valor que demostraron los vecinos de Castellón de la Plana, auxiliados de algunos de Almazóra y Villareal, en la acción con los franceses del día 9 de marzo de 1810, editado en Valencia por Francisco Brusola (1810).
Dixeron en su orgullo los feroces: “Mientras que de Valencia la altanera potencia y el rústico valor de aquellas hoces al carro del triunfo encadenamos; y mientras que lanzada al Reyno obscuro el ave malhadada que su timbre ennoblece, el águila imperial sube á su trono: la rica Ilercaonia do la larga y benéfica carrera de Mijares fenece, la querella olvidando y viejo encono, nuestras huestes sustente y con sus mismos hijos acreciente”. No así del hierro el pedernal herido con súbita presteza suelta el fuego escondido que en su entraña crió naturaleza: como el amor que en el sencillo pecho solícita engendró la patria atenta al bien de sus hijuelos, tal afrenta y tan villano insulto no sufriendo, adentro no cabiendo en mil modos rebosa, y á vengar el ultrage al esforzado Ilercaon incita, que nunca diera torpe vasallaje. “¿Señorearnos á su voz los vanos sin sangre, los que fuimos terror de los Romanos, a quien tan cara libertad vendimos!... ¿El pan que liberal naturaleza aquí produces, con que los sudores enjuga del colono: el pan que nutre mi frugal pobreza ese vil comerá?... Ese que el trono derrocó de Fernando, y las aras augustas y las costumbres y las leyes justas profanador destruye y novelero? ¡O Patria!... primero muramos como bravos; mas vale no existir que ser esclavos.” ¡O santo ardor! ¡O si mas cauto fueras! ¡O si del adalid grave y experto el consejo siguieras!... Mas ¿quién detuvo de un volcán abierto el ímpetu? El denuedo al patriótico amor siempre acompaña: nunca del torpe miedo la imagen vio: furor, ardiente saña las venas hinchen del amante hijo si ve ultrajar la madre: vivo fuego lanzando por los ojos se arroja arrebatado al asesino: y si en la empresa muere, muere como debía; que morir vale mas á un hijo bueno, que ver sus ojos la orfandad impía.
¡O de mi dulce patria mártires esforzados! Ya la hora de vuestro sacrificio se apresura. La hueste vengadora juró sobre su alfanje vuestra ruina: lo cumple: á vuestros techos sedienta de venganza se avecina. ¡O si en guardaros solo os emplearais! Allí el pecho por muro, muro fuera, y con los Lares á una peleando el enemigo bando en vosotros hallara otra Numáncia dó se estrellará su feroz jactancia. Amor no sufre espera: al anchuroso campo, al extendido y mal seguro vado donde Mijares su raudal dilata de la puente oprimido que levantó la mano émula del romano: allí…ah! Quién diría que donde en mil sudores empapado el patriótico afán dexó sentado para nunca caer el noble arco, monumento de paz: un triste día peleando le viera turbar aquel sosiego, y con su sangre humedecer tan plácida ribera. Ya del astuto galo la hueste aparentando cobardía huyó una vez: victoria cantó con alegría el sencillo esquadron: ardor de gloria le inflama mas y mas. En la estrechura entra el vil otra vez y otra vez huye. Entonces la bravura se exalta del patriota, y de la valla saltando qual torrente despeñado impetuoso corre al malhadado campo de batalla. Allí la lucha desigual se traba, y el caballo ligero con su fiereza brava el esquadron penetra, y revolviendo acá y allá contra la inerme tropa siembra muertes sin fin. No cede empero el audaz patriota, y levantando las corvas hoces que el furor le diera impertérrito espera al polaco insolente que erguido en la alta silla se afianza: y embístele, y le alcanza huyendo el golpe del blandiente alfanje, y con el corto diente del rústico instrumento sostenido por su nervudo brazo hiere al caballo, y al ginete hiere que en su sangre teñido ante los pies del Patriota muere.
Del hervoroso suelo el polvo turbio á las estrellas sube en espesada nube preñada de confusa gritería que el dolor y el esfuerzo levantaron. El moribundo gime en su caliente sangre revolcado; y muy mas pesaroso de que sola una vida ofrecer puede, del hondo de su pecho lastimado lanza el grito postrero: viva mi rey Fernando, y enmudece. Eco repite viva en torno, y crece de lengua en lengua qual del mar las olas; y crece el ardimiento y la pujanza del hijo y del hermano que ciegos de furor á la pelea sedientos tornan de cruel venganza. Aquí de vuestro ardor ilustre prueba hicisteis ó Balado! ó Albiol! ó Vilaroig! ó Ros! : sellado con sello eterno vuestro honor dexasteis. Dirá la prole nueva que por no ser esclavos perecisteis. Mas lo dirá con llanto que nunca enjugará. ¡O! si del hado otro fuese el destino! ¡O! si el fiero quebranto pudierais escusarnos!... Vuestra vida regalo fuera de la nuestra, y gloria: y el no perderos fuera una victoria. Ceded los que quedais, héroes ilustres: ya de vuestros caudillos cayó el valor vengado qual debiera: de la fatal ribera ya no es dado impedir al enemigo el paso: que consigo nuevas huestes reúne, y así vence, españoles, huid, huid al monte, que en vuestra cara vida tal vez cifrada queda la esperanza de la patria afligida. Huid, huid, que á vuestro noble pecho no es ya seguro asilo el pobre techo; el alfange inhumano en las yermas paredes se ensangriente: no encuentre ese tirano quien su vida sustente, porque nunca orgulloso decir pueda: “El pan comí que Ilercaon doblando su trémula rodilla ofreció como esclavo á mi cuchilla”.
- Puente de la Viuda, de Alberto Lista y Aragón, profesor, matemático, religioso, periodista y una de las más importantes figuras de la literatura neoclásica española. El romance que hemos encontrado entre su vasta obra relata en verso el folclórico origen del puente de la Viuda [reproducimos las notas originales de la edición].

EL PUENTE DE LA VIUDA1 «No vayas á Miraflores2 esta tarde, amado hijo; no vayas, que ruge el Noto, de horrenda tormenta indicio. ¿No ves enlutado el cielo, cuajado en nieblas el risco, y los siniestros celages brotando del mar vecino? ¿Oyes, oyes en los troncos del fiero huracán los silvos? Mira ya en cárdena lumbre los horizontes teñidos. El trueno zumba: los campos se blanquean del granizo: y tras él, la densa lluvia inunda mieses y apriscos. ¡Cuan alterado el Mijares3 alza su raudal mezquino, soberbio con el aumento, cual villano enriquecido! Mira en la Rambla4 á lo lejos cuál baja el arroyo altivo, y el antes árido cauce llena con fiero bramido. No tu vida, que es la mía, Carlos, pongas á peligro; que agradecerá tu Julia que por hoy no la hayas visto. El pesar de corta ausencia sufrirá con fiel cariño: que el amor, si es virtuoso, sabe vencerse á sí mismo. Si de su amoroso pecho he de juzgar por el mio, que el riesgo no arrostres pide al Dios de los afligidos. De tu suspirado enlace ya la licencia ha venido: no malogres por un hora de amante constancia un siglo. Jamas, si en las fieras lides mostraste tu pecho invicto, las lágrimas de una madre desalentaron tus brios. Que aunque afligida y viuda, sin mas amparo ni arrimo que tú, Carlos de mi alma, supe enfrenar mis quejidos. Por tu Dios, tu rey, tu patria volabas al trance esquivo: en tales causas, es siempre bien perdido lo perdido. Gloria y bienes aumentaste de tu casa al timbre antiguo el rey tus bodas permite, y eres amante y querido. En Villareal5 te adoran caballeros y vecinos: y desde el Cenia al Segura es tu nombre esclarecido. Este tesoro de dichas, que el cielo nos dio benigno, no destruya, amado Carlos, tu impaciente desvarío. Si Dios reclama sus dones, resignémonos sumisos: mas disiparlos nosotros es locura y es delito. Tu vida, espuesta en las guerras, concedió á los ruegos mios: lo que con Dios alcanzaron, alcancen también contigo. ¡Ay! no cesa la tormenta, ni la lluvia: brama el rio y las sombras se anticipan y crugen cielos y abismos. De Villareal no salgas esta noche, Carlos mio; como madre te lo ordeno, y por tu esposa lo pido.» A la maternal ternura Carlos responde propicio: concede lo que le ruega: duda si podrá cumplirlo. Retírase, y en su pecho comienza nuevo conllicto: Julia aun no sabe que tienen de ser felices permiso. ¿Pasará la edad de un dia sin que vuele enloquecido donde el gozo que le oprime, exhale en dulces suspiros? ¿A mugeriles temores se mostrará sometido, quien en el campo la espalda jamas volvió al enemigo? Eso no: nunca su Julia le llame cobarde ó tibio: es intrépido y es joven, y amante correspondido. A hurto de su madre baja por no escuchar sus gemidos, ensilla el mejor caballo, y se entrega á su destino. II Por la orilla del Mijares discurre el fuerte mancebo, fija la vista en el rio y en su amada el pensamiento. Redobla el Noto su furia: la oscuridad va creciendo: solo el relámpago á veces traspasa su denso velo. En diluvios se desatan los copiosos aguaceros, y las pobres fuentecillas corren arroyos soberbios. Tres veces intenta Carlos lanzarse al raudal violento, y tres el bridón paciente rehusó el servicio funesto. Ya contra el curso del agua sigue la ribera atento por si algún vado le ofrece menos temeroso el riesgo. Ya su caballo espolea soltándole todo el freno; ya examina entre las nieblas los ribazos mas someros.
Cruza el rayo por las nubes: ruge el Noto: el firmamento no concede ni aun el brillo del mas escaso lucero. Al bosque de los laureles llega, cuyo bulto negro sombras añade á las sombras con sus erguidos renuevos. Allí menos hondo el rio correr suele y mas estenso, cuando manso entre las piedras deja puente al pasagero. Allí piensa atravesarlo: y su leal compañero, mas dócil al azicate adonde el peligro es menos, entra en las ondas y avanza: ya pierde el fondo, y los remos nadando estiende: ya opone al raudal el firme pecho. Con hábil instinto el paso va poco á poco torciendo: parece que cede, y vence; y es la esperanza su esfuerzo. Ya de la opuesta ribera conoce cercano el puerto, y por romper la corriente agota el último aliento. Ya pisa alegre la arena, bien que anhelando; y su dueño á Miradores dirige los pasos y los afectos. Ni le amedrenta del agua el sonido, ni del trueno, ni la oscurísima niebla ni el crudo silvar del viento. Ya la ermita de Quiteria6 deja, cuyo humilde techo, herido del agua, inunda el rayo en lívidos fuegos. Hasta el balcón de su amada ya puede alcanzar su acento, y ya divisa en la quinta de las luces el reflejo. Mas ¡ay! que el arroyo altivo se opone á su ardiente anhelo y las ondas despeñadas niegan paso á sus deseos. Arrostra el nuevo peligro: y el bridón, cansado y yerto, obedece, aunque temblando, de la espuela el duro hierro. No el agua profunda ofrece alli el peligro mas cierto: sino el ímpetu que arrastra con ella chozas y aperos. Los riscos de la montaña arranca de sus cimientos, y los árboles mas firmes se lleva el torrente fiero. Entre las ramas de un tronco se anuda el caballo, á tiempo que la avenida furiosa le acomete ya indefenso. De la cañada profunda cae derribado en el centro, y el remolino sumerge á caballo y caballero… Rompe á deshora la luna con sus tímidos destellos el negro manto estendido por las bóvedas del cielo. La tempestad cesa: templa su silvo el Ábrego horrendo, y del agua embravecida enmudece el ronco estruendo. La amante, que no dormía afligida del recelo, temiendo al amor y á Carlos, que nunca temer supieron; desciende con sus criados del Alba al rayo primero al margen, présaga el alma, como fiel, del caso acerbo. Las ondas ya retiradas dejaban la Rambla en seco, y entre sus quiebras yacían Carlos y el caballo muertos. Julia le v é y le conoce: destroza su amante seno el ay del dolor, y cae amortecida en el suelo. III Yace el joven infelice de su esposa en el estrado; ella sin sentido, y toda la quinta en acerbo llanto. Sube el gemido á los cielos, al ver que un momento infausto tan preciosas esperanzas de amor y gloria ha robado. Cuando al féretro funesto se acerca con pies turbados la triste madre, el quejido espira en todos los labios. Enmudece la familia, y su afliccion respetando, ni á consolarla se atreven, ni aun á detener sus pasos. Ella inmóvil se alimenta del espectáculo amargo: clava la vista en su hijo, levanta al cielo las manos. Algunas lágrimas corren por su semblante angustiado: del dolor que va á exhalarse, un suspiro fue presagio. Mas súbito el rostro brilla de ardor purpúreo bañado, y como celeste lumbre sus tiernos ojos lanzaron. No es ya una madre, que mira cadáver al hijo amado: que en sus facciones se anuncia un sentimiento mas alto. En ellas , aunque abatidas por el tormento y los años, de un pensamiento sublime se pinta el júbilo santo.
Asi en tarde tempestosa rompe á deshora el nublado, y entre pálidos celages aparece el sol de ocaso. Todos la observan confusos creyendo el pesar templado, lloran: sus ojos, ya enjutos, las lágrimas renunciaron. En su interior se recoge: ora; y el camino hallado á la voz, mirando al cielo y después al hijo caro: Dice: «no sufra otra madre de mi horfandad el quebranto, ni infausto el Mijares sea á otro joven malogrado. Tú, Dios, que ves mi tormento, tú, que puedes consolarlo, dame fuerzas con que cumpla el bien que me has inspirado.» Con rostro apacible á Julia, ya vuelta de su desmayo, consuela; y de ella y sus padres se despide sollozando. Vuelve á su casa; el cadáver llevan los tristes criados; y solícita prepara los funerales de Carlos. IV A Villareal concurre la nobleza valenciana, y con lágrimas sinceras los lutos y arneses bañan. Luchando contra la muerte del siglo la pompa vana, el espectro de sus glorias lleva hasta la tumba infausta. Mas allí entre densas sombras, su mentido brillo apaga, indudable testimonio dando al hombre de su nada. Mas noble tributo ofrecen enternecidas las al mas, cuando al joven malogrado tristes lamentos consagran. Llora la esposa afligida: quéjase de ser la causa de tanto mal, y quisiera no haber sido tan amada. Lloran amigos y deudos: sus compañeros de armas de los pechos varoniles ardientes gemidos lanzan. Y allá en solitaria choza la indigencia, consolada por él, al cielo dirige sus eficaces plegarias. Con ellas unida suena la voz de la fé sagrada y «dicha eterna á los justos que en el Señor mueren» clama. Mas el dolor de su madre ni se pierde entre palabras, ni en suspiros se evapora ni en lágrimas se desata. Serena, impasible, atiende á honrar los que la acompañan, y sus pésames recibe con tristeza mesurada. Terminado el triste duelo, al que inmediato heredaba el blasón de las Centellas7, los bienes cede y la casa: y reducida á los suyos, humilde mansión se labra entre el templo de Quiteria, no menos pobre, y la Rambla. De alarifes y de obreros se vieron luego pobladas ambas orillas del rio y del torrente las gabias Y en breve sobre el Mijares hermoso puente sé alza, y otro mas fuerte y erguido sobre el triste arroyo pasa. Al primero, de Quiteria8, patrona del pago, llama: y Puente de la viuda al que consuela sus ansias. Su casita templo era de beneficencia santa, donde al pobre y peregrino socorro y albergue daba. A la tumba de su hijo y al cauce infausto cercana, recuerdos tan dolorosos la caridad mitigaba. Muchos siglos con seguro9 pie por los puentes pasara el caminante, burlando del fiero uracan la saña. Mas del tiempo carcomidas10 ambas fábricas al agua cayeron: solo vestigios se conservan entre zarzas. ¿Qué hay reservado al inmenso poder de la edad tirana, si á defender sus preciosas obras la virtud no basta? Mas ella entre las ruinas venerables sobrenada, y de emociones celestes al pasagero embriaga. ¡O fuerte mujer! ni el hombre para tí construye estatuas, que á los tiranos del mundo infame el temor levanta: Ni tu nombre en sus anales conserva la historia ingrata, que á los ilustres malvados sus tristes pinceles guarda. Mas ¿qué importa si en el cielo ciñes la eterna guirnalda, que el agua, dada al sediento en humilde barro, alcanza?
En Biografía del Sr. D. Alberto Lista y Aragón (…) — Madrid: Librería de José Cuesta, 1848, pp. 183-197
BNE. Biblioteca Digital Hispánica
1 El argumento de estos romances se funda en una tradición popular del reino de Valencia, que tiene todos los visos de ser verdadero su origen. La tradición está tan arraigada en el país, que al pasar por Villareal, hubo quien me indicase como construido por la Viuda, el hermoso puente del Mijares, de trece arcos, hecho en el reinado de Carlos III, siendo ministro el conde de Floridablanca, en la penúltima decena del siglo XVIII, por el arquitecto D. Bartolomé Ribelles, siendo comisionado para la obra el marques de Valeras.
2 Miraflores, casa de campo, que finge el poeta situada al otro lado del Mijares y de la Rambla, con respecto á Villareal; y que se supone era la habitación de Julia, prometida esposa de Carlos, y de sus padres.
3 Mijares, rio del reino de Valencia, que pasando por entre Villareal y Almazora, desemboca en el Mediterráneo.
4 La Rambla: cauce de un arroyo casi seco, pero que en los temporales de agua viene muy furioso, y mas crecido que el Mijares, especialmente si proceden las lluvias de las partos de Aragón y del Maestrazgo de Montesa. Corre por la parte del Noroeste, y desemboca en el rio casi enfrente de Villareal. De tiempo inmemorial tiene el nombre de Rambla de la Viuda.
5 Villareal. población hermosa del reino do Valencia, situada á la derecha del Mijares, donde se supone que tenian su casa la Viuda y su hijo.
6 La ermita de Santa Quiteria está colocada á la orilla izquierda del Mijares, muy cercana á él, un poco mas al norte que la embocadura de la Rambla. Esta ermita es do la jurisdicción de Almazora, cuyo ayuntamiento es patrono de ella.
7 El poeta ha podido atribuir el hecho á esta familia ilustre, sin temor de que se quejen los que hoy llevan tan noble apellido.
8 En efecto, el puente antiguo del Mijares, de un solo arco, se llamó puente de Santa Quiteria; y no conociéndose quien lo fundó, ha podido el poeta atribuir su construcción a la Viuda. El de la Rambla, llamado puente de la Viuda, es el que realmente le atribuye la tradición.
9 El camino de Barcelona á Valencia, pasaba antes por los puentes de Santa Quiteria y de la Viuda.
10 Destruidos los dos puentes, era grande el peligro y continuas las desgracias de los viajantes cuando ocurrían avenidas en la Rambla; por lo cual no solo se construyó en tiempo de Carlos III el nuevo puente del Mijares, situado mas abajo do la embocadura de la Rambla, sino lambien un nuevo camino que pasa por Villareal y por dicho puente á Castellón de la Plana.
- Lo poema de Vila-real, de Lluís Cebrián Ibor. Poeta i arxiver de la Diputació de València, le dedicó este conjunto de poemas “Al savi Croniste [sic] D. Benito Traver”.
En la catifa que lluis la Plana, resta d’En Jaume lo recort triunfal : es la ciutat heroica i valenciana junt al Millars naixcuda subirana que’s diu Vila-real. Jardí de les Hespérides florides han dit a son terreny, qu’ens pren lo cor, i sembla un paradís aon saborides fruites, i flors en faires esquisides, fan escriure son nom ab lletres d’or. A son voltant la terra se dilata creuda per les cequies i els camins; son ses venes de sanc, bells rius de plata, per el que van les fruites que arrebata lo comerciant, duentles mar a dins. Lo sentiment de patria, cada dia esclata en los seus fills com gaia flor, i quan la vila viu sa poesia, al gojar en ses festes l’alegria, qui d’ella es expatriat, de pena’s mor. Qui un jorn la va fruir en sa bellesa, delire per tornarla a contemplar. Mon ánima sa image porta impresa, i una flama en lo cor, d’amor encesa, batega com les ales al volar. __________ Sembla n aucell lo meu esperit, que vola i vola i fantasia; puix troba’l goig més esquisit quan se lliberta i ensomnía. Passant per sobre la faloria de nostra época ignorant, repasa’l llibre de la Historia, ara rient, ara plorant. De les entranyes de la térra surten adolls les efemérides: arbres de pau, arbres de guerra del bell jardí de les Hespérides. En la verger de son passat badaren flors de gentilesa, que sabiament s’han cicellat en los annals de la saviesa que porta escrits la Humanitat ¿Qui fores tú, vila gloriosa? ¿Vares coneixer a l’iber, o eres la fruita saborosa que va donar un fort guerrer? Obri tes ales fantasía, romía i canta trovador… puix, ¿qué li fa ignorar lo día en que forjaren lo tresor? Mai les volades de la pensa te dará’l premi que l’escau desde que fores en defensa de les hosts braves del rei brau. Desde llavores, les victories, per honra i gloria del Sant Deu, varen restar en les histories miraculoses de la Creu. _________ Cercant lo Regne de major bellesa, lo Rei magnific que admirá la terra, per redimir als homs plens de vilesa, feu resonar lo crit i corns de guérra d’amor l’ánima encesa. I en la catifa que lluix la Plana, posá’l REi Jaumeson penó triunfal: esta vila gloriosa i valenciana junt al Millars va naixer subirana per ser Vila-real. Per dar ses fruites i lo bon remei creixqué la vila que naixqué en la guerra, com se nudrixen els plantóns de llei: escampillans ses arreals per terra a pesar de l’hervei
Al nen En Pere – la mare besa, i quan li canta- patries cansóns, li ofrena tota – sa realesa. Lo Rei En Pere, - dins sa Infantesa, así trenava – ses ilusións de realesa. Una veu dolça – canta que canta; es la veu dolça – més que la mel, de Isabel, nena – que’es una santa: Divines troves – canta la Infanta, divines troves – mirant al cel, canta la santa. _________ La pavorosa veu de les batalles ha sonat en la Vila dels Infants ; de segle a segle es menarán rondalles per a dir als humans, cóm es la lluita fera entre germans. Rebrama el caragol desde la torre, lo gonfaler despenja lo penó i tot guerraire a la batalla corre, perque ha estallat la guerra de la Unió. Un altre jorn sortí la rebeldía, per castigar la brófega noblesa, la forta brega els homens dividía, i nostra patria en sa dissort ofesa, per tot arreu cridava: - ¡Germanía! Ouint la Vila corajosa y forta lo ritme bélic de fraterna veu, va obrir son cor i la ferrisa porta, per desanguarse i redimir, com Deu: ¡com lo Sant Martre va trobar sa creu! _________ I sempre que la patria – crudels dolors patía, son ser i sa potencia – desfente la mala sort, de Vila-Real la colla – valenta al camp aixia, burlant-se de la mort. Del Rei que’ls furs gloriosos – tiránic trepijava, sabé burlarse ferma – lluitant plena de fe; i el extranjer que a Iberia – volia vore esclava, son pont el detingué. ¡Oh, pont sagrat que veres – a un poble com tú altiu: sos homens be que’t feren – de sanc un novell riu! Com al cel miraven moríen arreu… dins del cor portaven la Mare de Deu. _________ Llunt del pervers i sa falacia, junt a la cova d’un pastor, lliure de vana aristocracia, era la Verge de l’Amor: Mare de Deu plena de Gracia. ¡Salve, Regina, que han tingut l’adoració de Sant Pasqual! ¡Vos sou la llum de l’ideal, i en vostra fe trova l’escut de protecció, Vila-Real! _________ ¡Oh, bell engís, ciutat hermosa plena de gestes eternals, aon nostra llengua cadenciosa zona com bells himnes triunfals de nostra patria gloriosa! ¡Deixa al poeta que’t contemple I que te pose com eixemple de patriotisme i de fervor, qu’eres jaganta i rese temple de nostra Patria, Fe i Amor!
En Almanaque de Las Provincias. Diario de Valencia (1928) – pp. 225-228

Costumbristas y curiosidades
- Un día de campo, de Amalia Fenollosa. Escrito a los 19 años, es una pequeña muestra de la fama que ya entonces tenía esta escritora, quien llegaría a convertirse en una de las más importantes voces femeninas de la Renaixença.
Era la hermosa mañana del día cinco de abril, cuando tiñe de oro y grana la fresca aurora el pensil; cuando tras la larga abstinencia comen cordero pascual, los que sufren la influencia del código cuaresmal: cuando convida natura a las goces del amor, y los prados de verdura se llenan de aroma y flor: cuando dejan las ciudades los que en rústico solaz, buscan gratas variedades sin mentira ni disfraz: y cuando mudando todos de costumbre y de vivir, quieren de diversos modos entretenerse y reír. Siguiendo tan fiel costumbre dejé a Castellón leál, para ir sin pesadumbre al alegre Villareal, y esperada de sus hijos cual de sus hijas al par, libres de males prolijos fuimos al campo á gozar. En magnífica alquería reunidos con placer, juegos mil en aquel día se miraron proponer, y en paseos y carreras de las risas al compás, pasamos horas enteras sin fastidiarnos jamás. Nuestra campestre comida amenizaron después, jóvenes que Edeta anida dignos de vivo interés, y entre bulliciosos gritos y regalos de amistad,
entre obsequios infinitos de una adolescente edad, tiroteos de confites, descargas de almendra y pan, debidas á los envites de un juez, de broma imán, pasó el banquete y movieron otros juegos sin parar, que contentos nos tuvieron con dar vueltas y brincar. Los de prendas sosegaron la algazara y conmoción, hacer versos me mandaron de mi lira al ronco son. Y una octava de improviso desaliñada cual yo, por tan bello paraíso rudamente resonó. En tanto la brisa pura suspiraba en rededor, sus gorjeos con ternura ensayaba el ruiseñor, deslizábase entre flores el sonoro arroyo azul, daba el sol sus resplandores tras leve nube de tul. El héspero delicioso pudo luego aparecer, la noche su manto umbroso empezó al punto a estender, sus perfumes delicados nos prodigaba el jazmin, de los montes elevados bajó la sombra al jardín, y por grupos divididos en revuelta confusión, de oscuridad circuidos partimos sin dilación. Allá una linda doncella escuchaba á un militar, mas apartada otra bella sonreía sin cesar.
Un amartelado amante cabalgaba con su amor, soñando con fe constante en otro tiempo mejor, una franca carcajada resonaba junto á mí, un suspiro, una mirada cambiábanse por allí. Y hecha activa espectadora de cuanto refiero hoy, con mi dicha encantadora me olvidé de lo que soy. Al volver á mi morada, por favor me suplicó, que tan alegre jornada pintara en mi canto yo, un amable valenciano de quien amiga quedé, para probarle (no en vano) que buena amiga seré. Cumpliendo mi fiel promesa mando al Fenix sin tardar un canto que si algo espresa poco podrá interesar, y doy con tierna alegría las gracias por su bondad a la grata compañía que elogió mi nulidad. Un recuerdo venturoso en mi pecho queda ya de Villareal hermoso que jamás se borrará, y este recuerdo, nacido de la mas pura efusión, yacerá siempre escondido en mi amante corazón.
En El Fénix (1/8/1847), pp. 4-5

Amalia Fenollosa (Valencia Plaza)
BNE. Biblioteca Digital Hispánica
- Iba don José Conesa, de Daniel Ortiz Sánchez (“Doys”). Fiel a ese estilo satírico que tantos problemas y “accidentes” le causó, Doys critica el carlismo del Vila-real de finales del XIX, con mención especial a aquel linchamiento frustrado contra Blasco Ibáñez del que ya hablamos en Dossiers vila-realencs.

Iba don José Conesa (¡con esa! ¿con quién seria?) por Castellón muy de priesa atareado el otro día, cuando le salieron tres personas muy desalmadas y revés tras de revés le hincharon á bofetadas. Conesa se enfurismó, y con mano diligente los sopapos devolvió á aquella tremenda gente. Que al fin resultaron ser, como era muy natural por lo que se deja ver, tres careas de Villarreal. Un pueblo de cetrería que á la decencia da un asco, donde matar se quería ha tiempo al amigo Blasco. Su instinto de depravados veremos si desde hoy cesa, pues no salen bien librados ni con ese... ni Conesa.
En La Publicidad. Ed. Noche (27/10/1899), pg. 1
- El maset, de J.B. Rubert Candau, Fr. Bernardino. Todo su libro Poemes de la plana está dedicado a Vila-real. Nosotros rescatamos tan solo estos sextetos de sonatina por lo original de su tema. Para consultar todo el volumen, ver enlace al final del poema.
Enlairat per les flaires subtils i primoroses del jardí, que destria ses llaus meravelloses, i admirant les planures de l'hort, que no és guaret, i del fruiterar magic la delitosa arbreda, que entre raïms de fruita, encisada es queda, s'albira i se contempla mon encantat maset. Aixina l'anomenen, en senyal de tendrura, com niu de guspiretes i bressol de dolçura, prodigant-li agamboles i donant-li dolç bes; No té res que se'l puga qualificar-lo aixina; i en lloc de maset deuen, amb veu melosa i fina, xalet anomenar-lo, d'encants i amors tot pres. Davant de sumptuosa i de molt ampla plaça, que té acàcies i kaquis plantats, es veu la traça del formós. edifici que guarda els meus amors. Un art selecte i classic, dins de l'arquitectura, ha cercat en ses formes la gràcia i formosura i juntant joies fines l'ha fet niu de dolçors. Res xicotet ostenta. Tot és gran i magnífic. La llum donant-li besos el fa esplendent i aurífic, reblint-lo d'hermosures, com primorós joiell. I el sol l'albira sempre, no sols quan ix l'albada I quan en llums daurades fulgix la migdiada, sinó quan mor, donant-li de sa llum el ramell. Llavors, brollant de joies i guspires enceses, sobreixen les figures de l'art, que d'encants preses, agracien sa façana, retable valuós, on brilla el gust artístic de bella galeria i amb els tres cossos màgics de llums i simetria canvia el bell edifici en palau sumptuós. Quan s'obrin les ventalles de sa porta encisera, l'entrada se contempla, graciosa i falaguera, ornant-la un hall magnífic de primors i d'encant. L'arc de mig punt enllaça la construcció rumbosa i a la una i altra banda se albira gràcia hermosa i el pis, de mosaics pulcres, rica alfombra formant. Com símbol d'altivesa es veu l'escalinata que amb els seus graons porta joiosa, regia i grata, on de llums i paisatges, clara visió se veu: superba galeria mostrant son cap per fora i altra per dins que enjoia, per sis balcons, l'aurora, donen en la part alta molta fresca i conreu. En una i altra banda, baix, com en la part alta, el confort necessari, modern, complet, no falta; i els dormidors amplíssims estan radiants de llums. I per a copsar joies de l'horta riallera que a l'ensems canta i plora, trenant llau encisera, tinc en ell l'escritori, ple d'encants i perfums. Juntet del niu on canta ma pluma rovellada que grava amors i penes de joia enamorada amb gemecs i somrises damunt del blanc paper, plena d'unció divina tinc també la capella, oratori minúscul, de gracia i meravella, on tots els jorns aixeque de l'hóstia el Bon Déu ver.
Tot junt en una peça ho tinc: un escriptori; niuet d'encants i joies; el místic oratori; i el llit humil i pobre, com frare fraciscà; la llum joiosa i plena; el cant de l'au que canta; de la font crital·lina la veu plorosa i santa; el jardí, les verdures i la fruita ensucrà. Però més que per tindre dins d'ell joia i dolçures, és perque ell me desperta vells records i hermosures d'edats plenes d'encisos, que jamai tornaran; quan l'amor fort glatia, forjant dolces rialles, i tota la família, junyida amb forces malles, gojava d'amor plena. Oh escenes!... On estan? ... Quantes nits misterioses de somrises de lluna albirant les carícies de sa llum dolçá i bruna, presidits per mon pare destrenavem brusents del rosari puríssim les florides cadenes, i en les nits estiuenques, de flairors i encants plenes, la corona formavem dels meus pares creients. I en els jorns de les festes, desbordants de rialles, al conjur de la fresca que l'estiu amb ses malles delitós ens donava, destrenant cants sincers, els netets i llurs pares, endolcits amb dolçures, disfressats, i amb corrandes, de mil gests i hermosures, nostres cors alegràvem, molt jolius i encisers. Res d'això vui s.'albira baix la comba serena de la nit estrelada que l'estiu de llums plena ens forçava a sentar-nos, fora al niu del maset, i davall la coberta de la gran galeria que els caps nostres altívols, suorosos, cobria, entonavem cantúries amb el cor satisfet. Vui també se celebra la diada gloriosa dels masets que s'enjoien amb dolçura joiosa, i per horts i dreceres es veu la processó. I dins de l'Oratori de nostra hermosa finca se fa el sermó i la missa, i el goig renaix i brinca en tots els cors dels jóvens, que bressen sa il·lusió. I pel jardí passeja, com abans, la figura de Sant Roc, que sa imatge, fulgurant hermosura, als masets els prodiga l'alegria i content; mes sa típica festa de dol~aina i poesia per nosaltres no vessa vius fulgors i ambrosia, puix el dol ens amarga, taladrant i dolent. El qui enmig la família, desbordant de tendrura, junt als fills i l'esposa, i els netets, joia pura, destrenava amb somrises ses contalles d'amors, vui no es veu; i puríssim va aixecar sa volada a la comba atzurada, de brills màgics voltada, en els cors arrancant-nos els encants i. dolors. I en son vol fulgidíssim, entre planys i amargures, s'emportà a aquelles terres de fulgors i hermosures un fill seu, ple de vida, d'il·lusions i d'anhels. Vui sa esposa i filletes alegries no suren, i en aquestes diades de dolçors no murmuren les cançons delitoses de la ditxa i les mels.
Vui resem baix la comba de la nit estrelada; vui cantem les cantúries de la llum platejada que la lluna destria, somrienta d'anhel; pero sempre nos manca la graciosa figura del germà del bon pare, que en les nits d'hermosura de l'estiu contemplavem la blavor del blau cel. El maset ens recorda una mare velleta, els seus fills i sa filla, cuidadosa i discreta, que vivim plens de vida enyorant temps passats; les escenes joioses de família cristiana, que gojant a la fresca de la pau sobirana de l'estiu, retraiem els records mig borrats. I en retraure les dates de glorioses victories i en trenar les corrandes, les llegendes i històries dels vellets avis nostres que lluitaren valents, el maset pren coratge, se cobrix de noblesa, ses parets fort retronen i amb l'ànima presa al germa i al bon pare contemplem sonrients. El maset pinta amb flames de radioses llegendes l'amorosa infantesa, quan trincant per les sendes, entre els arbres cercavem dels ocells els seus nius; i aquells jocs, plens de gràcia, de corrandes joioses, d'innocent picardia, de joguines nombroses, en que ocults entre els arbres tots eixíem jolius. El maset canta els resos d'oracions argentines de les hores tranquiles, melodioses i fines d'innocència enyorada, que amb somrises fugí; amb pinzell suavíssim, de trendrors i blancures, fa brollar les imatges i les vives figures de l'edat més florida, de l'amor dolç i fi. El maset ens dibuixa ple de joia i somrises els records de la vida que en bressar-los les brises espurnegen i canten amb ses llums i cançons. Lo més dolç i puríssim que escriví nostra vida i ses santes gaubances, en la rama florida del maset, vui es troben desflorant emocions. Ell és qui amb joia intensa, perlejant brills joiosos, ens retrau fets planyívols tots rients i joiosos de tendreses i penes, de somriures i dol. Ell és qui vist de joia, de dolcern i gaubança els camins de la vida, recoberts d'enyorança, que senyalen l'eixida de l'amor, rient sol. Ell és qui clou i guarda les més dolces poncelles que en l'arbrat de la vida, primoroses i belles, despuntaren rublertes de fins brills i flairor; i en la cel·la tranquila de mansió benaurada rebulliren joioses, en graciosa volada, destrenant arnb suaus flaires els senders de l'amor. Ell és qui dóna bàlsem a les roges ferides que les punxes amargues d'il·lusions extingides, en desfer-se enyorades, sols al cor deixen fel. Ell és qui encén llumetes, entre ombres intenses d'amargors que desgarren nostres joies immenses i en la senda de penes fa florir bell anhel.
En Bernardí Mª Rubert Candau , Poemes de la Plana — Valencia, Imp. Vicent Cortell, 1949
- Para Riquelme con devoción, de J. Sabina. Aficionado al fútbol y devoto del Atlético de Madrid, es fácil entender que Sabina empatizara con la mala suerte de Riquelme al fallar aquel penalti que, en 2006, hubiese dado al Villarreal su primera final europea.
Déjame compartir, Román, hermano, lo que sufrí, lo que gocé contigo, Villarreal seduce al buen villano que tiene un Arsenal por enemigo. Gulliver, Liliput, Goliat, fulano de tal y pongo al Diego por testigo del bendito penal, maldita mano de un Lehman que levita, sumo y sigo. Orgullo de los pibes, vente arriba, ya sabes que los árbitros con IVA no quieren los equipos españoles, quiero decir dos payos catalanes Castellón de la Plana tiene planes para Riquelme, fábrica de goles.
