Fernando Bosch Tortajada, pintor y diseñador (1908-1987)

por Ángel Pozo y Christine Setrin, Biblioteca Municipal de Vila-real


Fernando José Rodrigo Bosch Tortajada nació el 8 de enero de 1908. Su padre, Juan Bosch Pons, de quien recibirá sus primeras nociones de dibujo, fue un destacado pintor venido de Alcalá de Xivert que pronto entró a formar parte del círculo cultural de Vila-real: con una academia de dibujo y pintura, era titular, además, de una de las imprentas de la ciudad, escribió varias obras de teatro, cuyos estrenos dirigió él mismo, creó la Sociedad humorística de Vila-real, fundó el semanario Tribuna libre y colaboró como crítico de arte en muchas otras publicaciones. Tal fue su integración en la ciudad que en 1915 formó parte del comité que tenía que dirimir dónde sería enterrado Francisco Tàrrega. No es de extrañar, entonces, que el padrino de su hijo Fernando fuese el escultor José Ortells, amigo de la familia. Su madre, Dolores Tortajada Caudete, vino desde Barbastro (Huesca) a ocupar una plaza de maestra de parvulario (La Escuela moderna. 14-8-1907, n.º 1.116, pg. 4).

Juan Bosch Pons

Aunque alguna biografía da por hecho que la familia se traslada a Barcelona en 19211, hay fuentes que sitúan a Juan Bosch Pons dentro del movimiento vibracionista catalán en enero de dicho año2, por lo que es de suponer que su llegada a Barcelona sería anterior (quizá en 19183). Allí, Bosch padre trabajará principalmente como periodista bajo el seudónimo de “Pedro Nimio”. Desde la ciudad condal, el joven Fernando ve publicadas algunas de sus ilustraciones en la revista madrileña Muchas gracias, donde le consideran su “inimitable e inconfundible revelación” (Muchas gracias, nº 169. pag. 13). Era 1926. Al año siguiente, con tan solo 19 años, ya firmaba portadas para la revista.

Algunas portadas e historieta gráfica firmadas por Bosch para Muchas gracias (1926 – 1930)

También hay baile de datos en lo que a su primera exposición se refiere (1929): las reseñas biográficas la sitúan en las Galerías Laietanas, en la barcelonesa Gran vía de las Cortes Catalanas, pero todo parece indicar que fue en la Sala Parés, de la calle Petritxol, donde Fernando Bosch realizó la primera muestra de sus dibujos y retratos. Sea como fuere, varios medios se hicieron eco de la exposición, incluso de la cena homenaje que recibiera al término de la misma. Ese mismo año, 1929, realiza también ilustraciones para la revista l’Esquella de la Torratxa, con la que seguirá colaborando asiduamente.

Bosch autopromocionando su exposición en Muchas gracias (1929)

Su estilo y, sobre todo, los motivos recurrentes de sus dibujos (lo que vendría a llamarse galantería o incluso galantería barcelonesa) se convierte en seña de identidad. Sus modelos femeninos, estilizados, snobs, frívolos, de traza fina, aciertan de pleno con el gusto estético de la época, y pronto realizará más exposiciones tanto en Madrid como en Barcelona. En octubre de 1931, por ejemplo, expondrá en la Asociación de Amigos del Arte en Madrid, haciéndolo el mes siguiente, noviembre, esta vez sí, en las Galerías Laietanas barcelonesas (donde repetirá exposición en dos ocasiones más: 1932 y 19344).

De nuevo la crítica alaba la personalidad inequívoca de Bosch: “Fernando Bosch triunfará en Madrid como triunfó en Barcelona. Sus estampas galantes, tan decorativas, tan bellas y tan inspiradas acreditan su estirpe de auténtico artista, y Madrid no ha de regatearle admiración”; “(…) Barcelona es más amable, frívola y galante. La vida se ve más a estilo de París, es decir, menos trascendental, menos ascética. Un pintor catalán muy joven y de mucho talento, Fernando Bosch, (…) nos da una muestra de la refinada sensibilidad modernísima de su tierra. (…) Hay en los cuadros de este chico, muy joven y de mucho talento, algo de inquieto y perturbador”.

La referencia al aire parisino de las ilustraciones de Bosch podría explicar también la buena acogida que tuvo la exposición que hiciera en la Oficina Española de Turismo de París en 1932: “Estas mujercitas de Bosch no desentonarán seguramente. No tendrán violencia de contraste con las mujercitas que los dibujantes de La Vie Parisienne y otras gacetas de la galantería desenfadada han impuesto a la vida y las costumbres coetáneas”.
En el mismo artículo, el autor se lamenta de que la maestría de Bosch no se emplee en “mejores utilizaciones”, pero para entonces sus ilustraciones se venden bien en medios tan dispares como Lecturas, Crónica, La Esfera, Blanco y Negro o la ya mencionada L’Esquella de la Torratxa, y realiza también trabajos para la Editorial Molino a la vez que se multiplican sus exposiciones. (Madrid, Barcelona y París, principalmente).

Algunas de sus últimas colaboraciones en España: La Sala Price, Crónica, L’Esquella de la Torratxa y Editorial Molino

Elisabeth Mulder, periodista, escritora, crítica literaria y traductora, dedicará a la obra de Bosch una amplia reseña5, cuya importancia reside en el paralelismo que se crea entre las protagonistas de sus propias novelas y las modelos boschianas6.

Su popularidad es tal que incluso la crónica social se hace eco de sus viajes y se le dedican artículos en revistas especializadas.

Con el estallido de la Guerra Civil, y al haber trabajado para medios republicanos y de izquierdas (Muchas Gracias, L’Esquella de la Torratxa…), queda comprometida su seguridad. De hecho, Artemio Precioso, director de Muchas Gracias, operaba desde su exilio parisino ya en 1929, tras un enfrentamiento con Miguel Primo de Rivera. A esto hay que añadir las sospechas de comunismo que recaían sobre su padre, que terminaría condenado en 1947 a doce años y un día de reclusión menor7. Con todo ello, en 1937 marcha a París junto a su hermana Elvira quien más tarde, y firmando como Vira Ludlow,  llegaría a realizar exposiciones de éxito a lo largo de la costa este de los Estados Unidos8.

No sabemos en qué se basa Francisco Agramunt para incluir a Fernando Bosch entre los artistas españoles que pasaron por algún campo de acogida9. El caso es que, una vez establecido en París, Bosch realiza algunas exposiciones (Galerías Carpentier, 1941, y Castelucho, 1942) donde ya se le compara con Pierre Bonnard10. Allí dirige sus ilustraciones hacia el campo del diseño, trabajando para prestigiosas firmas del sector de la moda y la belleza (Balenciaga, Bruyère, Lecomte, Marcelle Chaumont, Jean Dessés, Christian Dior, Balmain, Paquin, Elizabeth Arden…) y firmando ilustraciones para revistas especializadas como Vogue o L’Art et la Mode, con las que irá haciéndose un nombre en el mundo del diseño.

Portadas e ilustraciones para L’Art et la mode, París,  con diseños de Christian Dior, Balenciaga, Leconte, Chaumont, Montaigne o Carven

La etapa parisina de Bosch, que para entonces ya firmaba como Bosc, queda plasmada en el dossier que de sus ilustraciones conserva la Bibliothèque Forney, un documento fechado hacia 1945.

En 1947, y con un contrato para la revista Harper’s Bazaar, se traslada a vivir a New York, EE.UU., donde fijará su residencia definitiva. Desde allí sigue enviando trabajos puntuales a L’Art et la mode11. De esta etapa se le conocen exposiciones en la Charles Barzansky Gallery (1953) y en la Petite Galerie (1957?).  Su estilo pictórico, no así sus diseños, da en Estados Unidos un sorprendente giro hacia el arte abstracto, según sus propias palabras, por haberse aburrido del trazo fácil y para continuar “el camino que inicié en París hará muchos años con Antonio Clavé y Grau Sala”12. Realiza continuas visitas a Europa, sobre todo a París, para seguir de cerca los vaivenes de la moda y el diseño13. En 1960 se le concede la nacionalidad estadounidense. Establece su residencia en la isla de Key West, Florida, desde donde sigue realizando ilustraciones para Elizabeth Arden o Ben Zuckerman, entre otros, y se relaciona con ilustres de la cultura estadounidense como Tennessee Williams o Truman Capote. Allí murió un 1 de octubre de 1987, con 79 años de edad.

Ilustraciones para Ben Zuckerman, New York

La obra de Fernando Bosch, su personalísimo estilo, fue en sus comienzos reflejo del gusto de la época, tan fijado en París, para llegar a formar parte de la estética visual del Noucentisme catalán14. Muchas fueron las firmas que saludaron el descaro y la frescura de su trazo, aunque también hubo voces que tachaban su estilo de poco adecuado para ilustrar “algo más reciente que las novelas de Blasco Ibáñez”15. Bosch tenía claro que los pinceles “dan prestigio, pero no dinero”16 y con su trabajo se convirtió en modelo para algunos de los diseñadores más importantes de hoy, como atestiguan las memorias de Hubert de Givenchy, quien reconoce que “después de haber descubierto en las revistas el trabajo del ilustrador español Fernando Bosch, quedé tan fascinado por sus sofisticadas siluetas que, durante las clases, llenaba mis cuadernos de bocetos, intentando imitar su trazo”17.

En la playa (1935). Museo ABC

Su exilio en París, primero, y en New York, más tarde, mostró el camino a otros tantos ilustradores españoles y llevó nuestro diseño a cotas de internacionalización hasta entonces insospechadas.

Su obra está dispersa en lugares tan dispares como el Museu Nacional d’Art de Catalunya (Barcelona), el Museo Nacional de Antropología (Madrid), el Ateneo de Madrid, la Colección Artística del periódico ABC (Madrid), o el Museu de la Ciutat (Vila-real), y en numerosas colecciones particulares de España, Francia y Estados Unidos.

Para saber más:


1 Así, por ejemplo en Vilapedia
2 García García, Isabel. Orígenes de las vanguardias artísticas en Madrid (1909 – 1922). Tesis doctoral – Madrid : Universidad Complutense, 2002.
3 Esteller Albert, José Luis. “Gaspatxers ilustres II D. Juan Francisco Bosch Pons” en Mainhardt, nº 71 diciembre 2011, pp. 62-65.
4 Francesc Fontbona (dir). Repertori d’exposicions individuals d’art a Catalunya (fins a l’any 1938) – Barcelona : Institut d’Estudis Catalans, 1999. Se mencionan las tres exposiciones de Bosch en las Galerías Laietanas, la primera, en 1931.
5 Mulder, Elizabeth. “El arte sonriente de Fernando Bosch”, en Lecturas, Nº 129, febrero 1932, pp. 101-104.
6 Mañas Martínez, Mª del Mar. La obra narrativa de Elisabeth Mulder  (Tesis doctoral) – Madrid : Universidad Complutense, 1998.
7 Sumario 918-44 contra Juan Bosch Pons por delito de masonería.
8 Bautista, Joan Damià. Els Bosch i Vila-real  – Vila-real : Ajuntament, 1998.
9 Agramunt Lacruz, Francisco. Arte en las alambradas : artistas españoles en campos de concentración, exterminio y gulags – Valencia : Universidad de Valencia, 2016.
10Expositions parisiennes : La quinzaine d’art espagnol” en Le Temps, 15 de octubre de 1942, pág. 3.
11 En ese sentido, resulta curioso el artículo que Bosch firmó para la revista bajo el título “Q New York“, en el que hacía un breve repaso de sus primeras impresiones sobre la ciudad.
12Mano a mano : Fernando Bosc” en La Vanguardia española, 26 de julio de 1962, pág., 21.
13Garment Maker Calls Industry a Challenge” en New York Times, 15 de julio de 1964.
14 Graell, Vanessa. “El lápiz de la modernidad“, en El Mundo, 14 de noviembre de 2014. El pie de ilustración habla de Eduardo Bosch, pero se trata obviamente de un error.
15 Arts Magazin, Vol. 31, pág. 69.
16 Ver nota 12.
17 Liaut, Jean-Noël. Hubert de Givenchy : Entre vies et legendes Paris : Grosset, 2000.

Ver también: Fernando Bosch Tortajada (1908 – 1987) retrospectiva

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